Faltan 5 días para la celebración, del casi
universal, Día del Amor, de los Enamorados o San Valentín.
¿Si te dijera que estoy convencido, que la mayoría de
los buenos directivos son o han sido buenos amantes, qué me
contestarías?
En este primer post dedicado al amor, te contaré la estrecha relación que veo entre ser un buen amante, en todo su sentido de la palabra y un buen directivo. Considero que al menos tienen 6 conexiones o semejanzas poderosas.
Estamos en el mes del amor y estoy seguro que serán muchísimos los artículos, que aborden de alguna manera este tema. Te prometo que este mes dedicaré dos post, al sentimiento más poderoso y bello que existe en la tierra, que es el AMOR y su vínculo con la gestión de personas.
Cuando te hablo de buenos amantes, no te hablo
de personas que tengan relaciones sexuales con varias mujeres o hombres a la
vez, ni que sean unos (unas) “salvajes en la cama”, que solo miden su éxito por
la cantidad de coitos que son capaces de ejecutar, ni siquiera por el tamaño de
su pene o de su vagina.
Hablo de aquellos seres humanos, que
son sensibles y amorosos con su pareja, que logran mantener una relación
duradera y con la llama siempre encendida del amor, a pesar de los inevitables
contratiempos que surgen, en la difícil búsqueda de la felicidad.
Sabes al igual que yo, que no existen recetas universales, ni mágicas, ni para convertirse en buenos amantes, ni para alcanzar
el éxito como directivos, pero sí existen habilidades comunes, que si
las desarrollamos bien y las ponemos en práctica, nos permitirán acercarnos
bastante a esas metas.
- Satisfacción e interés por el otro.
- Un buen amante, siempre se interesa, se preocupa y se ocupa, porque su pareja disfrute la sexualidad, que quede satisfecha. Un buen directivo, se interesa porque sus colaboradores disfruten su trabajo y estén satisfechos por la labor que realizan.
- Tanto el buen amante como el buen directivo, deben encontrar satisfacción en lo que hacen.
- Un buen amante trata que su pareja se sienta de manera especial, la mima, la acaricia, le recuerda constantemente que la ama. Un buen directivo, reconoce frecuentemente los buenos resultados de sus colaboradores, los felicita, los saluda, los apoya, los alienta a seguir adelante.
- Un buen amante conoce las causas de las variaciones en los niveles del erotismo de su pareja y trata de buscar variantes satisfactorias para ambos. Un buen directivo conoce las preocupaciones e insatisfacciones de sus colaboradores y busca soluciones para minimizarlas o eliminarlas.
- Comunicación fluida con el otro.
- El buen amante debe tratar de establecer y mantener una comunicación fluida con su pareja, compartiendo sus sueños, sus preocupaciones, sus retos, sus miedos. No hay nada peor para un aislamiento total y para una ruptura en las relaciones, que una comunicación pobre o unidireccional.
- Los buenos directivos son excelentes comunicadores, que constantemente están motivando a sus colaboradores, implicándolos en los proyectos más importantes de una empresa, informándoles cómo marcha la misma, que tienen una habilidad extraordinaria para escuchar todo lo bueno y todo lo negativo que le trasladan.
- Utilización de técnicas adecuadas.
- El buen amante trata de aprender constantemente sobre nuevas maneras de romper con la monotonía, que viene aparejada con el día a día.
- Aprende “nuevos detalles” que le ofrezcan gozo a su pareja, la sorprende con una frase romántica y original o con los casi extinguidos poemas de amor. Por cierto, todos los 14 de febrero, día de cumpleaños y día de aniversario de bodas, le hago una carta de amor a mi esposa y créeme, le gusta tanto o más, que algunos regalos materiales que le hecho.
- Experimenta nuevas técnicas en las relaciones sexuales, sin miedos, sin complejos, sin sonrojarse, recordándose a cada rato que somos simples humanos, observando cuál le da mayor placer a su pareja para repetirlo.
- El buen directivo, tampoco nace, sino que se hace día tras día, aprendiendo y atreviéndose a experimentar nuevas formas de hacer.
- El buen directivo utiliza nuevas herramientas, algunas fruto de su ingenio, otras sistematizando lo que está escrito por los grandes pensadores del management o simplemente adaptando y mejorando las buenas prácticas de otros colegas.
- Generar ambientes idóneos.
- El buen amante sabe que un ambiente de precalentamiento o juegos preliminares antes del sexo, como le llaman otros, con rasgos de romanticismo es clave, para entenderse con su pareja.
- Un buen directivo se preocupa por mejorar el clima laboral de sus colaboradores y crear un entorno que favorezca el cumplimiento de los objetivos empresariales.
- No al egoísmo.
- La mayor prueba de egoísmo en el amor, es tratar de satisfacer su deseo antes de que el de su pareja. El buen amante se ocupa de que esto no ocurra e incluso trata de darle mayor placer a su pareja
- El buen directivo siempre debe anteponer los intereses de su equipo, de su empresa a los personales y comparte lo que sabe.
- Pasión.
- Ser un buen amante significa ser un apasionado, sentir, sufrir, entusiasmarse por todo lo que hace tu pareja, es amor intenso, es ternura, es deseo, es la tierna complicidad del uno con el otro.
- Ser un buen directivo implica saber entusiasmar a otros, mostrando pasión por el trabajo que se tiene y hacer con gusto las cosas que a otros les costaría mucho lograr. Debe enamorarse del trabajo o al menos intentarlo, como dice mi buen amigo Jesús Garzás.
Te comparto un fragmento, de una mis cartas de amor a mi esposa, escrita en el
2015:
“Te cuento todo esto porque quisiera que HOY, al ser un día tan
especial tomemos conciencia realmente qué significa TIEMPO DE VIDA y te
propongo, aprovecharlo aún más, a
mejorar nuestros estilos de vida y de alimentación, a disfrutar más de la vida,
a complicar menos y hacer más simples las cosas, a seguir compartiendo lo que tenemos, a criticar
menos a los que nos rodean, en no tratar de cambiar a los demás sino en
cambiarnos a nosotros mismos, a reírnos más y preocuparnos menos y al final,
estoy seguro que nos amaremos muchísimo más.”
Recuerda que la felicidad no significa
tener todo lo que queremos, significa sacar lo mejor de lo que tenemos,
mientras tratamos de conseguir lo que soñamos.
¿Se puede ser
un directivo exitoso sin ser o haber sido un buen amante? Yo creo que no y ¿tú
qué piensas?
Dame tus criterios y
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¡Te deseo un
feliz día del amor… todos los días… y un futuro mejor como directivo!
Hola Juan Carlos, excelentes aprendizajes, muy utiles, gracias por compartirlos. Saludos
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