Tuesday, April 5, 2016

Directivos sin emociones. Cuando no te importan las personas

Directivos sin emociones.
La muerte de un gran amigo y profesional de la seguridad y salud del trabajo, me hizo reflexionar sobre el papel de los directivos, ante situaciones de fallecimientos de trabajadores de la empresa, de sus jubilados y/o de familiares de esos propios trabajadores.


En este post, quiero compartir contigo 3 reflexiones generales, acerca de aquellos directivos insensibles, sin emociones y que poco le importan sus colaboradores.



No conozco a ningún director general de empresas o directivos de gestión de personas, que no  hayan tenido que lidiar con la muerte de un trabajador que formara parte de sus plantillas. Perder a un colaborador de cualquier manera es difícil, pero es más doloroso emocionalmente, si los directivos no enfrentan y gestionan adecuadamente estos momentos.
Hace tan solo unos días me enteré de una desagradable novedad. Acababa de comer, cuando me dieron la noticia, que había fallecido Alcides, un gran amigo, colaborador activo dentro de uno de los equipos de gestión de personas que lideré y profesional destacado en el ámbito de la Seguridad y Salud del Trabajo.  Te confieso que casi se me paraliza la digestión.
Para más tristeza, me contaron que la mayoría de los principales directivos de la empresa (con notables excepciones) a la que le dedicó más de 25 años, ni siquiera se ocuparon de su funeral ni apoyaron a su hijo, que todavía sigue laborando en dicha empresa.
A raíz del fallecimiento de Alcides, me he hecho algunas preguntas:
  1. ¿Cómo manejamos los fallecimientos en nuestras empresas?
  2. ¿Gestionamos mal esos momentos?
  3. ¿Cómo impacta la atención o la desatención de esos momentos tristes, en el liderazgo, el compromiso, la motivación y la confianza?
  4. ¿Realmente agradecemos la obra de toda una vida de nuestros colaboradores?
Recién se había jubilado por edad, a pesar de que muchos como yo, insistíamos en que siguiera, que su experiencia valía mucho y en casa se iba a aburrir.
¡Qué trampas nos tiene deparado el destino! Tremenda paradoja, amigo Alcides, desde tu función y como persona, te preocupaste por la Salud de todos los Trabajadores, te ocupaste personalmente que asistieran a turnos programados con médicos en los centros asistenciales que tenían convenios con la empresa (incluso mi esposa, fue beneficiaria de tus acciones) y lamentablemente te descuidaste un poco de la tuya, nos dejaste físicamente por una penosa enfermedad, a causa del maldito cigarro, pues fumaste prácticamente toda tu vida.
Esta triste realidad, me hizo reflexionar sobre el papel de los directivos, ante situaciones de fallecimientos de trabajadores de la empresa, de sus jubilados y/o de familiares de esos propios trabajadores.
En este post, quiero compartir contigo 3 reflexiones generales, porque considero que es un tema poco tratado en la gestión de personas, a pesar de ser bastante común.
REFLEXIONES GENERALES:
  1. ¿Cómo manejamos los fallecimientos en nuestras empresas?

  • ¿Cómo gestionamos esos momentos?
  • ¿Tenemos políticas, procedimientos o protocolos escritos para actuar coherentemente ante este tipo de situaciones o simplemente (no) reaccionamos?
  • ¿Cómo es posible declarar en tus políticas de reconocimientos, que vas a atender a los Jubilados y cuando ocurren estas desgracias, ni te acuerdas?
  • Como directivo aprendí que hay cosas que no se delegan y dar apoyo a familiares de trabajadores fallecidos, es una de ellas.

Recuerdo muy bien y perdurará en mi alma toda la vida, lo reconfortante que fue el hecho de que el Director General, mi jefe inmediato y mis colegas, asistieran al funeral de mi padre hace más de 11 años atrás. En aquel entonces era un mando medio, profesional de gestión de personas y vivía a más de 40 kilómetros de la empresa y a pesar de eso, mi gente fue.
  1. ¿Cómo impacta la atención o la desatención de esos momentos tristes, en el liderazgo, el compromiso, la motivación y la confianza?

  • ¿Cómo se sentirá Maykel, el hijo de Alcides con el comportamiento de los directivos que le dieron la espalda en estos momentos tan importantes y únicos para él?
  • ¿Seguirá con el mismo entusiasmo y seguirá confiando en esos directivos que lo ignoraron cuanto más lo necesitaba? No creo que será el mismo a partir de ahora, su alma y su espíritu han sido tocados.
  • ¿Seguirán siendo creíbles esos directivos insensibles?
  • ¿Cómo habrán reaccionado el resto de los trabajadores? ¿Cómo se sentirán por la muerte de Alcides y por el comportamiento de sus jefes?
Particularmente considero que esos gestos o malos gestos, nunca se olvidan y quedan en la memoria histórica de la gente, que al fin y al cabo son las que hacen una empresa (en esa que no se escribe pero se transmite de generación en generación)
Estoy seguro que ahora, muchas personas de esa empresa se empiecen a cuestionar el significado de sus vidas y si vale la pena seguir o no, entregándose en cuerpo y alma, tal y como lo hizo Alcides.
¡Qué triste comprobar cómo muchos directivos se olvidan que gestionan personas, seres humanos, llenos de sentimientos y de emociones, con la capacidad de discernir entre buenos directivos y aquellos innombrables que desde una butaca imperial, se olvidan por completo de sus semejantes, a pesar de que supuestamente son los encargados de guiarlos.

  1. ¿Realmente agradecemos la obra de toda una vida de nuestros colaboradores?

  • ¿Cómo echar por tierra la cantidad de años dedicados a la empresa y enviar un mensaje al resto de la plantilla actual, de menosprecio y de que no te importan las personas?
  • ¿Cómo no estar agradecidos con esas personas que han soltado la vida en las empresas? ¿Se pueden ser tan ingratos?
Desde la distancia y estés donde estés, gracias por todo lo que aprendí de ti en tan poco tiempo. Nunca olvidaré tus consejos como profesional y como gran ser humano que fuiste.
Cómo olvidar aquellos dos cursos de jefes de brigadas, para que fueran más efectivos,  que organizamos juntos al resto de los colaboradores del equipo, en especial de Deysita, la responsable de formación y desarrollo, que te tenía un aprecio tremendo, al punto de que ha caído en una depresión con la noticia.
Cómo olvidar tus enseñanzas, por medio de bromas con humor negro, tus acaloradas discusiones de pelota por las derrotas de nuestros siempre invencibles Industriales, ele quipo insignia de la pelota cubana.
Cómo olvidar todos los eventos memorables que celebramos junto al equipo de capital humano, cuando existían otros directivos más humanos.
Ahora lamento no haber propiciado aquella pesquería en equipo y en familia, quién sabe, tal vez sean nuestros hijos sus futuros protagonistas.
No importa que algunos directivos no te hayan dado muestras de gratitud para con tu familia. Siempre serán más lo que te recuerden y agradezcan tu existencia.
Pobres de aquellos que se creen jefes por sus cargos y que demuestran con sus acciones que no le importan las personas.
Pobres de aquellos que se auto-engañan con resultados de evaluaciones del desempeño de otras galaxias y se olvidan de las personas.
Dejaste una huella en la Seguridad y Salud del Trabajo, que difícilmente pueda ser borrada. Los sucesores lo podrán hacer mejor o peor, pero tu nombre siempre será una referencia obligada y estarán en los corazones de tus verdaderos amigos y familiares.
Descansa en paz, hermano.
Nunca es tarde, para redimirse… insto a esa querida empresa a emitir un anuncio respetuoso, en memoria de unos sus hijos más fieles y comprometidos.

Si te gustó el post, te agradecería que lo compartas en tus redes sociales y me dejaras tus opiniones.


¿Me cuentas tus experiencias en el manejo de situaciones parecidas?

2 comments:

  1. Hola Juan Carlos muy conmovedora historia y excelentes aprendizajes, gracias por compartirlos. Saludos

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  2. Hola Alaín, gracias por apsr por el Blog y por tus comentarios. saludos

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